
Por Dios, que alguien la esterilice antes de que sea tarde.
Entre el 6 y 7 de julio de un año indefinido, probablemente 1812, Ludwig van Beethoven, uno de los compositores más brillantes de todos los tiempos, escribió una conmovedora carta cuya destinataria aún hoy es un misterio. De las mujeres de su vida, Giulietta Guicciardi fue quien inspiró una de las grandes obras de la música clásica, “Claro de luna”. ¿Estaba también Giulietta en su mente aquellos días cuando escribía a su “amada inmortal”?

3 comentarios:
He aquí uno de los claros ejemplos de lo que debe ser una muerte cruel y dolorosa (a la maldita zorra esta habría que meterle fuego, eso sí, quitándole primero al pobre perrito de las manos, que no tiene culpa ninguna). Se le haría un favor al mundo (aunque su camello no lo agradecería tanto...).
JAJAJA!!!! Joder, que bestia...
No si esque seguro que piensa que "con el bebe vestidito de leopardo en la otra mano será mas megaguay y cobrará mucha pasta pore las fotos y así su perrito cuchicuchi tendra un compañero de juegos" voto a favor de pegarle fuego, así se esteriliza (como los biberones)
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