"ETA es una gran nación", by Marianico el Corto

Ésto ya empieza a rozar unos niveles de subnormalidad que no soy capaz de describir con palabras:

http://www.youtube.com/watch?v=wARgeHnazSo

Goodbye, Heath

Heath Ledger fue encontrado muerto esta mañana en su piso de Nueva York.

Supongo que éste es uno de esos casos en las que las causas de la muerte nunca acaban de aclararse, así que no merece la pena hablar de ello, sino de lo que ha perdido el mundo del cine, y del mito que acaba de nacer hoy.

Como todos sabemos, a pesar de haber aparecido antes en películas como “El Patriota” (donde interpretaba al hijo mayor de Mel Gibson), “Destino de Caballero”, “Monster’s Ball” o “El Secreto de los Hermanos Grimm”, su carrera no despuntó realmente hasta que interpretó a Ennis Del Mar en “Brokeback Mountain”, papel por el que estuvo nominado al Oscar.

Personalmente, el de Ennis me pareció un personaje mágico con el que realmente Heath demostró lo que podía llegar a hacer, y desde luego marcó un antes y un después en su carrera, y en el cine en general, por la repercusión que tuvo el hecho de que una película que mostraba el amor entre dos hombres, se vendiera tan bien y fuera premiada y alabada.

Creo que en estos momentos, estaba a punto de producirse otro punto de inflexión para el actor australiano, ya que su interpretación del mítico Joker en “The Dark Night” estaba dando bastante que hablar, y todos estábamos deseando verle en acción.

Bueno, como decía al principio, claro está que acaba de nacer un mito, y que, como se suele decir, al fin y al cabo los actores nunca mueren. Viven para siempre a través de sus películas.

Goodbye, Heath.

Drácula Vs. Frankenstein

Con esta segunda publicación pretendo inaugurar una serie que consistirá en evaluar similitudes entre dos películas que salieron mas o menos en la misma época y que, en ocasiones, parecen copiadas unas de otras, supongo que por el típico robo de ideas entre productoras, o algo así.

Con el “Drácula” de Coppola (1992) y el “Frankenstein” de Branagh (1994) no ocurrió exactamente eso, pero siempre he encontrado rasgos comunes entre ambas:

1. Las dos se jactaron en su momento (y lo usaron para publicitarse) de ser “la adaptación mas fiel a la obra original”. De hecho, la de “Drácula” se comercializó como “Drácula, de Bram Stoker”, y la otra como “Frankenstein, de Mary Shelley” (con lo que hubo gente, y esto es cierto, que pensó que Stoker y Shelley eran los directores de las películas).

2. Ambas recuperan a un mítico personaje de terror que no había sido llevado al cine desde hacía bastantes años. La última adaptación de Drácula en aquel momento había sido en 1979 (Nosferatu, fantasma de la noche) y de Frankenstein en 1957 (La maldición de Frankenstein).

3. En las dos historias, la inmortalidad y la relación con Dios hacen bastante acto de presencia, así como el hecho de que se intenta que seamos capaces de ver y comprender las motivaciones del monstruo.

4. Las protagonistas de ambas películas fueron o son figuras míticas del género fantástico-gotiquillo que ahora está tan de moda, a las órdenes de Tim Burton y con Johnny Depp por algún lado:

- Drácula: Winona Ryder (Bitelchús, Eduardo Manostijeras)
- Frankenstein: Helena Bonham Carter (Charley y la fábrica de chocolate, La novia cadáver (voz), Sweeney Todd)

Vamos, que sólo faltaba ver por ahí a Christina Ricci.

5. Coppola (director de Drácula) fue productor del Frankenstein de Branagh.

6. La criatura es bastante diferente a lo que habíamos visto antes:

7. Carátulas similares, en las que el título aparece formado o rodeado por el elemento que en cada película da la vida a la criatura: El de Drácula compuesto por sangre y el de Frankenstein rodeado del rayo (electricidad):

8. Escenas clavaditas: hombre de pelo largo sin camisa se aparea con mujer de camisón blanco bordado:

Creo que esto es todo. Si hay alguien que encuentre alguna más...

Próximamente, en sus pantallas...

...un nuevo blog con el que despreocuparme de límites de publicaciones, textos que no se pueden modificar y demás putadas.

Como los anteriores (ya parezco la mega-friki, con 3 blogs) están dedicados a un personaje de cine, Holly Golightly, y a un personaje literario, Jane Eyre, con éste tocaba hacer una referencia a la música.

El único problema consistía en que mi compositor favorito, el gran "Ludwig van", evidentemente es un hombre, asi que usar su nombre hubiera quedado excesivamente masculino (incluso para mí, sí). Por tanto, decidí usar el nombre de Giulietta, uno de sus grandes amores, a quien dedicó mi sonata favorita, "Claro de luna", y quien es posible que sea la famosa "amada inmortal", a quien Beethoven escribió esta carta:

"Mi ángel, mi todo, mi yo... ¿Por qué esa profunda pesadumbre cuando es la necesidad quien habla? ¿Puede consistir nuestro amor en otra cosa que en sacrificios, en exigencias de todo y nada? ¿Puedes cambiar el hecho de que tú no seas enteramente mía y yo enteramente tuyo? ¡Ay Dios! Contempla la hermosa naturaleza y tranquiliza tu ánimo en presencia de lo inevitable. El amor exige todo y con pleno derecho: a mí para contigo y a ti para conmigo. Sólo que olvidas tan fácilmente que yo tengo que vivir para mí y para ti. Si estuviéramos completamente unidos ni tú ni yo hubiéramos sentido lo doloroso. Mi viaje fué horrible...

"Alégrate, sé mi más fiel y único tesoro, mi todo como yo para ti. Lo demás que tenga que ocurrir y deba ocurrir con nosotros, los dioses habrán de enviarlo...

"Tarde del lunes... Tú sufres. ¡Ay! donde yo estoy, también allí estás tú conmigo. Conmigo y contigo haré yo que pueda vivir a tu lado. ¡¡¡Qué vida!!! ¡¡¡Así!!! Sin ti... perseguido por la bondad de algunas personas, que no quiero recibir porque no la merezco. Me duele la humildad del hombre hacia el hombre. Y cuando me considero en conexión con el Universo, ¿qué soy yo y qué es aquél a quien llaman el más grande? Y sin embargo... ahí aparece de nuevo lo divino del hombre. Lloro al pensar que problablemente no recibirás mi primera noticia antes del sábado. Tanto como tú me amas ¡mucho más te amo yo a ti!... ¡Buenas noches! En mi calidad de bañista, debo irme a dormir. ¡Ay, Dios! ¡Tan cerca! ¡Tan lejos! ¿No es nuestro amor una verdadera morada del cielo? ¡Y tan firme como las murallas del cielo!

"Buenos días, siete de julio. Todavía en la cama se agolpan mis pensamientos acerca de ti, mi amada inmortal; tan pronto jubilosos como tristes, esperando a ver si el destino quiere oírnos. vivir sólo me es posible, o enteramente contigo, o por completo sin ti. Sí, he resuelto vagar a lo lejos hasta que pueda volar a tus brazos y sentirme en un hogar que sea nuestro, pudiendo enviar mi alma al reino de los espíritus envuelta en ti. Sí, es necesario. Tú estarés de acuerdo conmigo, tanto más conociendo mi fidelidad hacia ti, y que nunca ninguna otra poseerá mi corazón; nunca, nunca...

"¡Oh, Dios mío! ¿Por qué habrá que estar separados, cuando se ama así? Mi vida, lo mismo aquí que en Viena, está llena de cuitas. Tu amor me ha hecho al mismo tiempo el ser más feliz y el más desgraciado. A mis años, necesitaría ya alguna uniformidad, alguna normalidad en mi vida. ¿Puede haberla con nuestras relaciones?... ángel, acabo de saber que el correo sale todos los días. Y eso me hace pensar que recibirás la carta en seguida.

"Está tranquila. Tan sólo contemplando con tranquilidad nuestra vida alcanzaremos nuestra meta de vivir juntos. Está tranquila, quiéreme. Hoy y ayer ¡cuánto anhelo y cuántas lágrimas pensando en ti... en ti... en ti, mi vida... mi todo! Adiós... ¡quiéreme siempre! No desconfíes jamás del fiel corazón de tu enamorado Ludwig. Eternamente tuyo, enternamente mía, eternamente nuestros."